En la actualidad, muchos se cuestionan la utilidad de la filosofía, disciplina que parece algo del pasado. Así como la filosofía acabó con el mito o, al menos, le arrebató su posición como instrumento al servicio de la explicación del mundo. También ahora parece que la ciencia esté haciendo lo mismo con ella y no le queda otra alternativa que retirarse para dejar paso a la fuerza arrolladora de la explicación científica. ¿Es esto realmente así? ¿Ha dejado de tener sentido seguir haciendo filosofía?
1.LA UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA.
A lo largo de su historia y aún hoy, sigue desempeñando una serie de funciones para las que no parece tener sustituta, incluso tras la aparición de la ciencia:
-Integración de conocimientos. Cada una de las distintas ciencias trabaja centrada en su propia parcela de estudio, sin apenas prestar atención a lo que se está haciendo en otras áreas de conocimiento. Resulta necesaria una visión de conjunto que integre en un saber único todos los avances que se vayan produciendo.
-Análisis e interpretación de conceptos y teorías. En ocasiones, las dificultades para progresar en el conocimiento se deben a una deficiente comprensión de los conceptos. La filosofía tiene un importante papel auxiliar en la clarificación conceptual.
-Crítica racional. Toda práctica social y toda teoría científica se basan en una serie de supuestos que se aceptan y no se cuestionan. Poner de relieve esos supuestos y realizar un análisis crítico sustentado en argumentos racionales ha sido una de las tareas más fructíferas de la filosofía. Tal es el caso de la supuesta superioridad de nuestra concepción del universo siguiendo el modelo de una máquina, que subyace a la física de los siglos XVII y XVIII y buena parte del XIX.
-Transformación de la realidad. La filosofía pretende conocer la realidad natural y social para transformarla en beneficio del ser humano. Esta vocación práctica resulta evidente en la ética, la estética y la filosofía práctica. Pero no solo está presente en estos campos. La filosofía teórica, cuando lleva a cabo su labor crítica e integradora de conocimientos, también promueve cambios beneficiosos en el terreno de los hechos.
2. LA VIGENCIA DE LA FILOSOFÍA.
Han transcurrido más de dos mil quinientos años desde que la filosofía iniciase su andadura. Durante este tiempo, se han producido muchos sucesos en el ámbito del conocimiento. Entre todos ellos, cabe destacar uno por su especial importancia: la aparición y posterior desarrollo de la ciencia.
Es indiscutible que la ciencia ha logrado unos éxitos que la filosofía dista mucho de haber alcanzado. Hay quien considera que es cuestión de tiempo que la ciencia ofrezca una explicación completa de la realidad. Así, no es de extrañar que nos preguntemos por la utilidad que tiene para nosotros y nosotras la filosofía cuando la ciencia puede constituir la clave del éxito en relación con el conocimiento del mundo circundante.
Una posición bien diferente, en cambio, sostiene que el desarrollo de la ciencia no agotará el papel de la filosofía, porque ciencia y filosofía se desenvuelven en diferentes niveles de conocimiento, aunque estos se hallen estrechamente relacionados. Las soluciones que aportan una y otra no rivalizan, sino que se complementan.
De acuerdo con esta última posición, nuestro conocimiento de la realidad se estructura en tres niveles: los datos, los conocimientos y la sabiduría.
-Los datos son informaciones concretas, objetivas y contrastables. Se pueden contabilizar, por ejemplo, el número de muertos y los daños materiales causados por la explosión de una bomba.
-Los conocimientos, con frecuencia, consisten en principios generales obtenidos a partir de la reflexión sobre los datos acumulados y que luego permiten explicar dichos datos. Así, un químico puede proporcionar conocimientos precisos sobre la producción de distintos tipos de explosivos y sobre la energía que se libera cuando estalla.
-La sabiduría se construye a partir de la interpretación y la comprensión profunda de una determinada realidad. Siguiendo con nuestro ejemplo, la sabiduría nos permite comprender el dolor y el sufrimiento que se causa cuando esos explosivos se usan en una guerra. Es gracias a la sabiduría que podemos tomar decisiones y adoptar medidas que pongan fin a los conflictos armados y al sufrimiento que provocan.
La ciencia transita del primer nivel al segundo. Su labor consiste en transformar los datos en conocimiento. La filosofía, en cambio, pone su empeño en conducirnos del segundo al tercer nivel, tratando de integrar conocimientos dispersos en sabiduría. La propia complejidad de la tarea provoca que la filosofía, consciente de ello, se presente humildemente como un amor a la sabiduría, como un empeño, siempre incompleto e inacabado de alcanzar su objetivo. Eso es lo que significa etimológicamente filosofía: philo, amor; sophía, sabiduría.
Dado que nuestra ambición por lograr la sabiduría no se va a extinguir y que la ciencia no pretende ni puede cubrir esta necesidad, la filosofía sigue y seguirá estando vigente por tiempo indefinido.
(Francisco Ríos Pedraza. Filosofía. 1Bachillerato. Editorial Oxford. Madrid. 2022)